
Reconstruir identidad y resiliencia en Providencia
Reconstruir identidad y resiliencia en Providencia
La nueva sede administrativa de CORALINA en Providencia nace como respuesta a la pérdida de la infraestructura original tras el huracán Iota (2020). Concebida como un referente de arquitectura isleña contemporánea, combina tipologías tradicionales, criterios de sostenibilidad y estrategias constructivas adaptadas a un contexto ambiental, social y climático único. El proyecto se desarrolla en seis volúmenes independientes articulados por pasillos exteriores y patios, integrando funciones administrativas, pedagógicas, operativas y residenciales.
La nueva sede administrativa de CORALINA en Providencia nace como respuesta a la pérdida de la infraestructura original tras el huracán Iota (2020). Concebida como un referente de arquitectura isleña contemporánea, combina tipologías tradicionales, criterios de sostenibilidad y estrategias constructivas adaptadas a un contexto ambiental, social y climático único. El proyecto se desarrolla en seis volúmenes independientes articulados por pasillos exteriores y patios, integrando funciones administrativas, pedagógicas, operativas y residenciales.
Sede Administrativa CORALINA
Sede Administrativa CORALINA
Ubicación
Ubicación
Isla de Providencia
Isla de Providencia
Año
Año
2024
2024
Área
Área
820 m²
820 m²
Cliente
Cliente
CORALINA | Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago
CORALINA | Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago
“Arquitectura institucional que combina tradición isleña, innovación técnica y sostenibilidad ambiental.”
“Arquitectura institucional que combina tradición isleña, innovación técnica y sostenibilidad ambiental.”
Providencia, en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, sufrió un impacto sin precedentes con el huracán Iota. La sede de CORALINA, entidad encargada de la gestión ambiental y el desarrollo sostenible del territorio, quedó destruida y fuera de los planes de reconstrucción nacional. El proyecto se ubica en el mismo lote de la antigua sede, un lugar estratégico por su conexión con la comunidad y el entorno natural. En un territorio de alta fragilidad ambiental y cultural, la nueva edificación busca convertirse en un referente de identidad arquitectónica, eficiencia funcional y resiliencia frente a futuros eventos climáticos.
Providencia, en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, sufrió un impacto sin precedentes con el huracán Iota. La sede de CORALINA, entidad encargada de la gestión ambiental y el desarrollo sostenible del territorio, quedó destruida y fuera de los planes de reconstrucción nacional. El proyecto se ubica en el mismo lote de la antigua sede, un lugar estratégico por su conexión con la comunidad y el entorno natural. En un territorio de alta fragilidad ambiental y cultural, la nueva edificación busca convertirse en un referente de identidad arquitectónica, eficiencia funcional y resiliencia frente a futuros eventos climáticos.
El diseño responde a la pregunta: ¿cómo consolidar la institucionalidad conservando los valores arquitectónicos tradicionales de la comunidad? La propuesta se inspira en la arquitectura Raizal: un módulo base elevado sobre plataforma, porches como espacios de transición, cubiertas inclinadas adaptadas al clima y ornamentos coloridos que transmiten identidad.
La sede se compone de seis volúmenes independientes, dispuestos en escalonamiento sobre la pendiente y conectados por una superficie de pasillos exteriores tipo porche que facilitan la circulación accesible y fomentan el encuentro social. Entre los volúmenes se insertan patios abiertos que funcionan como transiciones espaciales y garantizan ventilación cruzada e iluminación natural en todas las fachadas.
El diseño responde a la pregunta: ¿cómo consolidar la institucionalidad conservando los valores arquitectónicos tradicionales de la comunidad? La propuesta se inspira en la arquitectura Raizal: un módulo base elevado sobre plataforma, porches como espacios de transición, cubiertas inclinadas adaptadas al clima y ornamentos coloridos que transmiten identidad.
La sede se compone de seis volúmenes independientes, dispuestos en escalonamiento sobre la pendiente y conectados por una superficie de pasillos exteriores tipo porche que facilitan la circulación accesible y fomentan el encuentro social. Entre los volúmenes se insertan patios abiertos que funcionan como transiciones espaciales y garantizan ventilación cruzada e iluminación natural en todas las fachadas.
Los seis volúmenes se distribuyen según el programa funcional:
Volúmenes 1 y 2 – Administrativos: dos niveles cada uno, con oficinas, atención al público, archivo y servicios.
Volumen 3 – Sala polivalente: espacio cerrado para actividades pedagógicas y comunitarias.
Volumen 4 – Aula abierta: cubierto pero sin cerramientos, para talleres y reuniones al aire libre.
Volumen 5 – Laboratorios: soporte a la investigación y monitoreo ambiental.
Volumen 6 – Residencias temporales: alojamiento para ingenieros y personal en misiones de investigación o conservación.
La implantación reduce el movimiento de tierras y potencia la ventilación cruzada, sumando captación de agua lluvia, iluminación natural y materialidad de bajo impacto. Los pasillos exteriores y patios recrean la vida en torno al porche, reinterpretando un elemento fundamental de la cultura arquitectónica de la isla.
La estructura es metálica, estandarizada para que cada volumen tenga las mismas dimensiones en planta, conformando cuadrados con columnas en “L” en cada esquina para optimizar estabilidad y rigidez ante vientos extremos y huracanes. Las cubiertas, también metálicas, se anclan a plataformas de concreto elevadas sobre pedestales, minimizando excavaciones y el impacto sobre el terreno. Las fachadas combinan madera alistonada y persianas plegables, controlando luz y ventilación según las condiciones climáticas.
La sostenibilidad se refuerza con un sistema autónomo de tratamiento de aguas negras y grises mediante tanque séptico integrado, y la recolección de aguas lluvias para el abastecimiento de inodoros. Esta infraestructura técnica, junto con el diseño pasivo, responde a la misión de CORALINA y demuestra que la arquitectura institucional puede ser ejemplo de resiliencia, eficiencia y coherencia ambiental.
Los seis volúmenes se distribuyen según el programa funcional:
Volúmenes 1 y 2 – Administrativos: dos niveles cada uno, con oficinas, atención al público, archivo y servicios.
Volumen 3 – Sala polivalente: espacio cerrado para actividades pedagógicas y comunitarias.
Volumen 4 – Aula abierta: cubierto pero sin cerramientos, para talleres y reuniones al aire libre.
Volumen 5 – Laboratorios: soporte a la investigación y monitoreo ambiental.
Volumen 6 – Residencias temporales: alojamiento para ingenieros y personal en misiones de investigación o conservación.
La implantación reduce el movimiento de tierras y potencia la ventilación cruzada, sumando captación de agua lluvia, iluminación natural y materialidad de bajo impacto. Los pasillos exteriores y patios recrean la vida en torno al porche, reinterpretando un elemento fundamental de la cultura arquitectónica de la isla.
La estructura es metálica, estandarizada para que cada volumen tenga las mismas dimensiones en planta, conformando cuadrados con columnas en “L” en cada esquina para optimizar estabilidad y rigidez ante vientos extremos y huracanes. Las cubiertas, también metálicas, se anclan a plataformas de concreto elevadas sobre pedestales, minimizando excavaciones y el impacto sobre el terreno. Las fachadas combinan madera alistonada y persianas plegables, controlando luz y ventilación según las condiciones climáticas.
La sostenibilidad se refuerza con un sistema autónomo de tratamiento de aguas negras y grises mediante tanque séptico integrado, y la recolección de aguas lluvias para el abastecimiento de inodoros. Esta infraestructura técnica, junto con el diseño pasivo, responde a la misión de CORALINA y demuestra que la arquitectura institucional puede ser ejemplo de resiliencia, eficiencia y coherencia ambiental.
La nueva sede fortalece la capacidad operativa de CORALINA y amplía su alcance comunitario, ofreciendo espacios para la gestión ambiental, la educación y la investigación. Al recuperar elementos formales y constructivos de la arquitectura isleña, refuerza la identidad cultural y se convierte en un hito de referencia para la reconstrucción responsable de Providencia. Su implantación por volúmenes articulados y permeables fomenta el uso abierto, promueve la interacción con la comunidad y establece un modelo replicable para edificaciones públicas en entornos insulares y frágiles. Más allá de ser un edificio administrativo, es un símbolo de permanencia, cuidado ambiental y compromiso con el territorio.
La nueva sede fortalece la capacidad operativa de CORALINA y amplía su alcance comunitario, ofreciendo espacios para la gestión ambiental, la educación y la investigación. Al recuperar elementos formales y constructivos de la arquitectura isleña, refuerza la identidad cultural y se convierte en un hito de referencia para la reconstrucción responsable de Providencia. Su implantación por volúmenes articulados y permeables fomenta el uso abierto, promueve la interacción con la comunidad y establece un modelo replicable para edificaciones públicas en entornos insulares y frágiles. Más allá de ser un edificio administrativo, es un símbolo de permanencia, cuidado ambiental y compromiso con el territorio.