De la Sierra al Mar: Plaza y Memoria

De la Sierra al Mar: Plaza y Memoria

La intervención en la Plaza Parque Centenario de Ciénaga resignifica un espacio central cargado de historia, patrimonio y trazado urbano singular. El proyecto propone una recuperación integral que conecta el parque con el malecón, potencia la movilidad peatonal, incorpora vegetación nativa y mejora el mobiliario e iluminación, consolidando una experiencia cívica, ambiental y cultural en el corazón del Caribe colombiano.

La intervención en la Plaza Parque Centenario de Ciénaga resignifica un espacio central cargado de historia, patrimonio y trazado urbano singular. El proyecto propone una recuperación integral que conecta el parque con el malecón, potencia la movilidad peatonal, incorpora vegetación nativa y mejora el mobiliario e iluminación, consolidando una experiencia cívica, ambiental y cultural en el corazón del Caribe colombiano.

Plaza Parque Centenario

Plaza Parque Centenario

Ubicación

Ubicación

Ciénaga, Magdalena

Ciénaga, Magdalena

Año

Año

2014-2020

2014-2020

Área

Área

22 698 m²

22 698 m²

Cliente

Cliente

FONTUR - Fondo Nacional de Turismo

FONTUR - Fondo Nacional de Turismo

“Hacer visible el trazado patrimonial es diseñar con la historia y construir ciudad desde la memoria.”

“Hacer visible el trazado patrimonial es diseñar con la historia y construir ciudad desde la memoria.”

Ciénaga, ubicada entre el Mar Caribe, la Sierra Nevada y la Ciénaga Grande de Santa Marta, es un territorio profundamente marcado por su historia, diversidad ecológica y riqueza cultural. Declarado patrimonio cultural de Colombia, su centro histórico alberga uno de los trazados urbanos más singulares del país, donde la Plaza Centenario —también conocida como Plaza Parque— constituye el núcleo fundacional. Desde ella se irradian ocho ejes que organizan la ciudad como un "etoile" tropical, reflejo de una visión urbanística de orden radial y monumental.

A pesar de su relevancia simbólica, el parque presentaba un deterioro físico notable, fragmentación espacial, baja calidad ambiental y una desconexión funcional con el malecón. Su vocación cívica y cultural se encontraba diluida, limitando el uso cotidiano por parte de la comunidad. Frente a este panorama, la intervención se concibe como una oportunidad para recuperar su rol estructurador, reforzar su identidad paisajística y proyectar nuevas formas de habitar el centro urbano. Así, el proyecto forma parte de una estrategia más amplia de revitalización patrimonial y mejora del espacio público en Ciénaga, integrando actores institucionales, técnicos y sociales en su formulación.

Ciénaga, ubicada entre el Mar Caribe, la Sierra Nevada y la Ciénaga Grande de Santa Marta, es un territorio profundamente marcado por su historia, diversidad ecológica y riqueza cultural. Declarado patrimonio cultural de Colombia, su centro histórico alberga uno de los trazados urbanos más singulares del país, donde la Plaza Centenario —también conocida como Plaza Parque— constituye el núcleo fundacional. Desde ella se irradian ocho ejes que organizan la ciudad como un "etoile" tropical, reflejo de una visión urbanística de orden radial y monumental.

A pesar de su relevancia simbólica, el parque presentaba un deterioro físico notable, fragmentación espacial, baja calidad ambiental y una desconexión funcional con el malecón. Su vocación cívica y cultural se encontraba diluida, limitando el uso cotidiano por parte de la comunidad. Frente a este panorama, la intervención se concibe como una oportunidad para recuperar su rol estructurador, reforzar su identidad paisajística y proyectar nuevas formas de habitar el centro urbano. Así, el proyecto forma parte de una estrategia más amplia de revitalización patrimonial y mejora del espacio público en Ciénaga, integrando actores institucionales, técnicos y sociales en su formulación.

La intervención parte de un principio de respeto: no se impone una nueva forma sobre el lugar, sino que se revela y refuerza lo esencial, se hace visible lo que ya existe. El concepto de diseño se fundamenta en la activación del valor histórico del parque mediante una operación sensible al patrimonio tangible e intangible. El templete central, las diagonales radiales, la arquitectura republicana circundante y el horizonte caribeño conforman una composición que debía restaurarse sin rigidizarla, permitiendo nuevas formas de uso ciudadano.

El diseño propone una plaza-parque continua, abierta y accesible. Se plantea una continuidad espacial y visual, se eliminan barreras y se proyectan superficies unificadas y continuas que privilegian la movilidad peatonal, especialmente de personas mayores, niñas, niños y personas con movilidad reducida. Se introducen especies vegetales nativas para reforzar el confort climático del espacio y regular el microambiente. El uso de mobiliario sobrio, modular y replicable garantiza flexibilidad sin competir con el paisaje patrimonial. A través de estos elementos, el parque se convierte en un lugar donde el pasado dialoga con la vida urbana contemporánea: una memoria activa que se habita todos los días.

La intervención parte de un principio de respeto: no se impone una nueva forma sobre el lugar, sino que se revela y refuerza lo esencial, se hace visible lo que ya existe. El concepto de diseño se fundamenta en la activación del valor histórico del parque mediante una operación sensible al patrimonio tangible e intangible. El templete central, las diagonales radiales, la arquitectura republicana circundante y el horizonte caribeño conforman una composición que debía restaurarse sin rigidizarla, permitiendo nuevas formas de uso ciudadano.

El diseño propone una plaza-parque continua, abierta y accesible. Se plantea una continuidad espacial y visual, se eliminan barreras y se proyectan superficies unificadas y continuas que privilegian la movilidad peatonal, especialmente de personas mayores, niñas, niños y personas con movilidad reducida. Se introducen especies vegetales nativas para reforzar el confort climático del espacio y regular el microambiente. El uso de mobiliario sobrio, modular y replicable garantiza flexibilidad sin competir con el paisaje patrimonial. A través de estos elementos, el parque se convierte en un lugar donde el pasado dialoga con la vida urbana contemporánea: una memoria activa que se habita todos los días.

La estrategia de intervención parte del trazado histórico, reafirmando las diagonales como ejes de orientación y circulación, al tiempo que conecta la plaza con el malecón mediante un corredor peatonal. Se eliminan desniveles innecesarios para generar un plano continuo y accesible, y se emplean materiales con criterios de durabilidad, eficiencia térmica y bajo mantenimiento. La iluminación arquitectònica acompaña el diseño con una lectura nocturna coherente con la arquitectura histórica, resaltando visuales clave y zonas de estancia.

Se incorporó vegetación nativa —árboles mayores, coberturas y jardineras ornamentales— para aumentar la biodiversidad urbana, generar sombra, confort térmico y enfatizar el carácter paisajístico del entorno. El mobiliario urbano, diseñado bajo parámetros de ergonomía, modularidad y replicabilidad, se adapta a múltiples configuraciones sin competir con el contexto. La intervención no solo se centra en lo físico: fue acompañada de procesos de diálogo con habitantes, instituciones culturales y gestores locales, reconociendo las capas sociales, simbólicas y políticas del lugar. Así, el parque recupera su capacidad de convocar y de ser escenario plural de la vida urbana.

La estrategia de intervención parte del trazado histórico, reafirmando las diagonales como ejes de orientación y circulación, al tiempo que conecta la plaza con el malecón mediante un corredor peatonal. Se eliminan desniveles innecesarios para generar un plano continuo y accesible, y se emplean materiales con criterios de durabilidad, eficiencia térmica y bajo mantenimiento. La iluminación arquitectònica acompaña el diseño con una lectura nocturna coherente con la arquitectura histórica, resaltando visuales clave y zonas de estancia.

Se incorporó vegetación nativa —árboles mayores, coberturas y jardineras ornamentales— para aumentar la biodiversidad urbana, generar sombra, confort térmico y enfatizar el carácter paisajístico del entorno. El mobiliario urbano, diseñado bajo parámetros de ergonomía, modularidad y replicabilidad, se adapta a múltiples configuraciones sin competir con el contexto. La intervención no solo se centra en lo físico: fue acompañada de procesos de diálogo con habitantes, instituciones culturales y gestores locales, reconociendo las capas sociales, simbólicas y políticas del lugar. Así, el parque recupera su capacidad de convocar y de ser escenario plural de la vida urbana.

Plaza Centenario vuelve a ser el corazón cívico de Ciénaga: no solo un espacio público renovado, sino un referente de cómo dignificar un lugar desde sus propias memorias. La intervención incrementa la calidad ambiental mediante nuevas zonas verdes, árboles de sombra y superficies amigables con el clima tropical, al tiempo que fortalece la identidad colectiva y el sentido de pertenencia de los habitantes. El espacio deja de ser solo un cruce de caminos para convertirse en un lugar de encuentro, de permanencia y de manifestación cultural.

Además, la plaza se articula con el malecón mediante un corredor peatonal que mejora la conexión entre el centro urbano, la actividad turística y la estructura ecológica principal. Desde el punto de vista patrimonial, la intervención sienta un precedente sobre cómo actuar en centros históricos: no a partir de la reconstrucción nostálgica, sino de una lectura respetuosa y proyectiva de lo existente. Ciénaga, con su plaza renovada, ofrece hoy un modelo de apropiación ciudadana, diseño contextual y sostenibilidad urbana en el Caribe colombiano.

Plaza Centenario vuelve a ser el corazón cívico de Ciénaga: no solo un espacio público renovado, sino un referente de cómo dignificar un lugar desde sus propias memorias. La intervención incrementa la calidad ambiental mediante nuevas zonas verdes, árboles de sombra y superficies amigables con el clima tropical, al tiempo que fortalece la identidad colectiva y el sentido de pertenencia de los habitantes. El espacio deja de ser solo un cruce de caminos para convertirse en un lugar de encuentro, de permanencia y de manifestación cultural.

Además, la plaza se articula con el malecón mediante un corredor peatonal que mejora la conexión entre el centro urbano, la actividad turística y la estructura ecológica principal. Desde el punto de vista patrimonial, la intervención sienta un precedente sobre cómo actuar en centros históricos: no a partir de la reconstrucción nostálgica, sino de una lectura respetuosa y proyectiva de lo existente. Ciénaga, con su plaza renovada, ofrece hoy un modelo de apropiación ciudadana, diseño contextual y sostenibilidad urbana en el Caribe colombiano.

“El diseño sensible transforma el patrimonio en una experiencia viva y cotidiana.”

“El diseño sensible transforma el patrimonio en una experiencia viva y cotidiana.”